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GRACIAS! ;)

martes, 21 de junio de 2011

En Roma, como cualquier otra ciudad del mundo, los adolescentes quieren volar, buscan caminar <<a tres metros sobre el cielo>>.Las chicas como Babi se esmeran en sus estudios, hablan del último grito en moda y se preparan para encontrar al amor de sus vidas; los chicos como Step prefieren la velocidad, la violencia, el riesgo y la camaradería de las bandas, pero todos ellos se implican en la vida como si cada segundo fuera el último. Pertenecen a mundos distintos, desean cosas distintas pero tienen algo en común: el amor que les hará flotar y sostenerse, el amor que les hará cambiar. Ellas se volverán más salvajes; ellos más tiernos. Mientras, allí abajo, la vida real ya les reclama.
Tres metros sobre el cielo es una comedia romántica y un retrato de la efímera adolescencia. Y tiene una historia muy especial: publicado por primera vez en 1992, en una edición mínima pagada por el propio autor y que se agotó inmediatamente, fue fotocopiado una y otra vez, y circuló de mano en mano hasta que se reeditó en 2004, convirtiéndose en un espectacular éxito de ventas.

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Ho voglia di te.

Tras pasar dos años en Nueva York, Step regresa a Roma. El recuerdo de Babi lo ha acompañado todo este tiempo, pero pronto se da cuenta de que las cosas han cambiado y de que deberá reconstruir su vida en Italia: hacer nuevos amigos, conseguir un empleo, empezar una nueva etapa...
Cuando conoce a Gin, una chica alegre y preciosa, cree que podrá volver a enamorarse. Pero no es fácil olvidar a Babi, y cuando, por casualidad, tropieza con ella, siente que su mundo se tambalea.
¿Es posible revivir la magia del primer amor?
En Tengo ganas de ti, la esperada segunda parte de A tres metros sobre el cielo, Federico Moccia nos cautiva con una deliciosa novela que nos habla de deseos, amor y sueños. El <<fenómeno Moccia>> continúa: millones de jóvenes italianos imitan una escena del libro y cuelgan en el puente Milvio candados con sus nombres. Son los candados del amor, un maravilloso ejemplo de cómo la realidad emula a la ficción.

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